En relación a criterios ambientales sociales y de gobernanza, Alejandra Espinosa, project manager de CIAL Dun & Bradstreet, el principal proveedor de datos y análisis de negocios en América Latina y el Caribe, considera que si bien el ambiente empresarial mexicano empieza a tener presente la importancia de las estrategias ESG (Environmental, Social and Governance) por sus siglas en inglés, todavía hace falta un marco regulatorio, así como una taxonomía que defina la importancia e impacto de estas en en los negocios.

Sin embargo en el caso mexicano, aunque carente de una estructura, las empresas y el sistema financiero ha hecho efectivo y calificado de buena manera el avance de las empresas en estas áreas cuando se dan a conocer sus estrategias e iniciativas ambientales y sociales; relacionando también estos criterios con cierta peligrosidad en el negocio como lo es el riesgo reputacional.

Para ello la experta señaló que se han comenzado a asignar roles específicos a cargo de personas especializadas en en estas áreas y que puedan ser el vínculo para una mejor toma de decisiones alineadas con los criterios ESG y con las misión y visión de las empresas.

“Creemos importante que sean más diversos, que tengan consejeros independientes y tengan conocimiento de estos criterios (ESG) no solo del negocio en sí, para dar continuidad a estas estrategias y generar compromisos a mediano y largo plazo”, abundó.