El Economista

¿Inflación, escasez y crisis alimentaria? Yo tengo otros datos

Todos los años, todos los ciclos agrícolas estamos en el mismo entorno de riesgo, solo hace falta que tengamos conexión de mal clima para que padezcamos escasez

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Gusto saludarte. Una mentira que se repite muchas veces se hace cierta, y aplica igual este concepto a la creación súbita de conflictos donde no hay en realidad problemas fundamentales. En tiempos recientes se han multiplicado opiniones sobre una crisis alimentaria mundial. Lógicamente estas opiniones viniendo de autoridades globales le dan potencia al tema, ¿pero será cierto?

Todos los años, todos los ciclos agrícolas estamos en el mismo entorno de riesgo, solo hace falta que tengamos conexión de mal clima para que padezcamos escasez. No es un tema nuevo, sabemos que la tierra arable no se expande con facilidad y cada vez somos más seres humanos en el planeta.

Este cuento de escasez tiene muchos años dando vuelta, y mientras las voces apocalípticas enuncian frases marketineras, la realidad es que hay gente de campo y científicos que lo único que hacen es salir a trabajar, investigar y crear nuevas tecnologías. Esto a pesar de autoridades que lejos están de entender los retos alimenticios del mundo y en su estupidez con iniciativa, generan políticas ominosas para el avance orgánico de un campo que en muchos casos se usa como semillero captivo de votos.

Yo sé que la ONU publicó datos escalofriantes en el sentido de la hambruna, sin embargo, en ellos no publica que por ejemplo en el caso del trigo tenemos cultivos de hemisferio norte, hemisferio sur, de invierno, primaverales y que en esencia el mundo ve cosechas de trigo cada 90 días.

La guerra en la zona del Mar Negro agrega chispas a una mecha corta, pero hay que ser claros que la crisis actual es una profecía autocumplida por las acciones de pánico, y las decisiones de corto alcance de la burocracia. Los medios están creando un entorno de pánico, sin que sea de desabasto real y eso detona y desata acciones que agudizan un problema no existente.

La realidad que veo se manifiesta en la mutuamente excluyente inercia de dos vectores que tiran en sentidos opuestos. El primero es el diferencial entre el abasto existente y el disponible. El segundo es la brecha entre la demanda y el consumo.

Un ejemplo fácil de señalar entre el inventario existente y el disponible es lo que sucede en Ucrania, hay más menos 20 millones de toneladas de granos y oleaginosas que no pueden transitar libremente por los puertos que conectan con el mundo, las razones son sabidas. El problema de la zona hoy, en realidad es el forzar consumidores naturales de esta región a buscar abasto en lugares no frecuentes. Creando una ola de demanda por los desplazados, quienes al importar sus necesidades terminan exportando indirectamente inflación.

Hay una fórmula peor en este sentido, y cuando le ponemos el botón de pánico a todo producto de la presente narrativa, y aparece un funcionario oportunista, terminamos viendo campañas de defensa a la mesa del ciudadano doméstico. Esto en polos exportadores es muy disruptivo porque se ponen trabas al libre flujo de mercancías. Políticas restrictivas como aranceles a las exportaciones agrícolas de Rusia, de Argentina que además ponen cuotas o cupos máximos que van cambiando según la voluntad de algún político iluminado. O lo que hizo Indonesia con la prohibición a la exportación de aceites vegetales.

O la India que juega a que exporta trigo, pero luego lo prohíbe. Así que cuando la presión social aprieta porque los alimentos alzan, estas naciones colaboran con el desorden, rompiendo con el abasto, secuestrando inventario y mostrando que no es lo mismo el inventario disponible respecto del existente. Conclusión, el inventario disponible se hace muy caro, pero no porque sea escaso. Lo peor de todo es que las medidas restrictivas inhiben producción, desalientan más inversión creando un círculo vicioso.

El tema de la diferencia entre demanda y consumo la voy a narrar con un evento paralelo. Si recuerdas el arranque de la pandemia, súbitamente el consumidor se dio a la tarea de comprar papel higiénico como si no hubiera mañana… literal. Bueno pues ante la crecida en la demanda, los supermercados empezaron a racionalizar la cantidad de papel que podías comprar por evento. Esto fue demanda sin duda, pero no consumo. Aún tengo papel higiénico de los tiempos de la pandemia en casa.

Bueno pues los gobiernos temerosos hacen algo similar y empiezan a comprar más de lo normal para almacenar creando otro circulo vicioso. Crean demanda sin que termine en consumo y el precio es sensible a lo primero tanto como a lo segundo. En la intersección de ambos círculos nos encontramos ahora, leyendo verdades a medias, creando un pánico brutal y sin acudir al fondo. Sin ir al campo para incentivarlo, apoyarlo y hacerlo producir más. ¿Viste como esto es tema de forma?

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2022-05-25T07:00:00.0000000Z

2022-05-25T07:00:00.0000000Z

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