El cambio climático. Por muchos años lo asimilamos como un futuro lejano, se advertía de él, nuestro destino, de no generar cambios graduales en los hábitos de consumo individual y colectivo, en las posturas políticas de los Estados y las prácticas de la industria. Hoy en día, ese problema que se presentaba distante ya es palpable, es diverso y es cotidiano (incendios, inundaciones, sequías), al mismo tiempo que es una manifestación de la desigualdad.

Con estas palabras, la directora de Alianza México, Isabel Studer, tomó parte del lanzamiento de la iniciativa Embajadores Climáticos, impulsada junto con la Universidad de California con el objetivo de gestar una red de estudiantes California-méxico que permita facilitarles oportunidades profesionales y habilitarlos como Embajadores Climáticos que detonen una agenda bilateral de justicia climática y el inicio de un involucramiento en ambos lados de la frontera de comunidades, empresas y sociedad civil ante un problema inevitablemente compartido.

Aristas de la justicia climática

“Hoy hablamos de cambio climático como una manifestación de la desigualdad entre países más desarrollados y los menos, entre empresas de mayor ingreso con una huella de carbono elevada y los más pobres, entre otros ejemplos”, remarcó Studer, pero esto se recrudece al entender que “el cambio climático se expresa también en la profunda inequidad entre las más recientes generaciones. Y este panorama nos convoca hoy para tomar acción colectiva”.

De ahí que los jóvenes deben asociarse para poder construir soluciones al cambio climático como un esfuerzo de toda la sociedad, esto con la solidaridad intergeneracional y abordando las causas. “No podemos solo decir: los jóvenes serán la esperanza. Los jóvenes necesitan el apoyo hoy para que hagamos de ellos los líderes del mañana”, añadió.

La crisis es sistémica

Iyari Balderas Cruz tiene 23 años y ya está involucrado en la creación de políticas públicas y proyectos sustentables en diferentes partes del país: forma parte de la División Juvenil de Cambio Climático REACCIONA y Volum Chiapas, y ahora es uno de los elegidos para integrarse al proyecto de embajadores climáticos.

En entrevista para El Economista, Balderas Cruz señala que las nuevas generaciones han comprendido la parte sistémica que origina la crisis climática, desde la salud, la perspectiva de género, las comunidades indígenas, las infancias y la pobreza.

Actualmente trabaja en un proyecto de movilidad sustentable en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y lo pone de ejemplo. “Estamos buscando la reconciliación de comunidades indígenas, zonas urbanas y acciones de mitigación para ir concientizando a la sociedad. Las juventudes podemos hacer mucho, las generaciones anteriores ya han hecho un trabajo previo, han cometido errores, pero también aciertos, tenemos que aprender de ellos, salir de nuestra burbuja y hacer alianzas, continuar con lo ya caminado. También es importante saber que podemos tener diferencias, y qué bueno, lo importante es llegar a acuerdos e iniciativas”.

Agrega que “si las instituciones académicas no promueven estos temas, será difícil detonar la vinculación en otros ámbitos. En estos espacios también se fomenta la pluralidad y se respetan las opiniones”.

Dijo que es importante no quitar el dedo del renglón e ir más allá de cuidar árboles o reforestar, “la gran pregunta es ¿cómo le hacemos para que la gente de a pie se sienta vinculada a la problemática de la crisis climática?”. Una buena estrategia, razonó, sería comenzar a hablar de este tema de manera vinculada, hacer entender que el cambio climático tiene que ver con la pobreza, la seguridad alimentaria e incluso la cultura.

Debido a las similitudes geográficas, California y México enfrentan desafíos semejantes al enfrentar el cambio climático, desde una perspectiva de justicia social. De ahí la razón de esta iniciativa para convertir a las nuevas generaciones en agentes de cambio